Orquesta Filarmónica de Jalisco se presenta en Festival Cervantino
Por posta.com.mx
GUANAJUATO.- La noche del domingo 16 de octubre, en el Teatro Juárez se dieron cita los invitados del Cuadragésimo Cuarto Festival Internacional Cervantino (FIC) en un muy afortunado concierto sinfónico: España, Jalisco y Miguel de Cervantes.
La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), con su director titular Marco Parisotto a la batuta, ejecutó un programa quijotesco y español que se llevó el repetido aplauso del público, en una noche en la que desfilaron tres solistas, un raro acontecimiento en México.
La noche empezó con el estreno mundial de una pieza de música contemporánea: Vencidos, del compositor italiano Fabio Vacchi –que estaba presente en la sala— y que el FIC le comisionó por la celebración del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.
Vacchi, uno de los compositores vivos más reconocidos, optó por un poema sinfónico basado, a su vez, en el poema del mismo nombre de León Felipe, uno de los más célebres de su vasta producción: “Por la manchega llanura / se vuelve a ver la figura / de don Quijote pasar…” Para el público hispanoparlante se trata de un poema bien conocido desde 1971, cuando Joan Manuel Serrat lo grabó en el disco Mediterráneo.
El compositor italiano optó, sin embargo, por una pieza para barítono y orquesta de 18 minutos, con una concertación muy grande en la sección de vientos (tres flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes y un clarinete bajo, seis trompas, tres trompetas, tres trombones y tuba).
Si bien no se trata de una pieza narrativa, Vacchi sí utiliza los alientos para infundir al poema de un tono melancólico en la primera de las tres partes –más reconocibles— en las que el poema sinfónico está dividido. El barítono –que ayer fue Carlos Almaguer– canta el poema de León Felipe mientras la orquesta retrata la batalla de don Quijote (en la segunda parte de la pieza) una más de tantas en las que salió herido y vapuleado, para volver al tema melancólico al final.
El poema sinfónico Don Quijote, de Richard Strauss, acaso sea la pieza más célebre de las más de 400 dedicadas al personaje cervantino. Strauss llevó el relato cervantino a la música: le asignó al Quijote un instrumento, el violonchelo –que anoche interpretó como solista William Molina– Cestari, también primer violonchelo de la OFJ— que alterna en un diálogo con la viola, que representa a Sancho Panza. Aunque es tan rico el lenguaje del escudero que también discurre a través del clarinete bajo, la tuba y algunas maderas.
De más de 40 minutos de ejecución, el Don Quijote de Strauss hace un recorrido narrativo por los episodios más citados del libro: la batalla contra los molinos (y luego contra las ovejas de Alifanfarón), las evocaciones de Dulcinea, los lances contra los encantadores (que son monjes en procesión) y la anticlimática recuperación de la razón, que lo lleva a morir en su cama
Por si fuera poco con casi una hora dedicada a homenajes cervantinos, la OFJ tenía preparados otros dos platos fuertes: el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo que, a fuerza de tocarse una y otra vez, el espectador lo conoce casi de memoria. Sin embargo no deja de ser una pieza de enorme complejidad para la guitarra, que la noche de ayer tocó el joven meridiano Cecilio Perera con gran pasión.
Pero acaso el remate del concierto fue lo mejor. Ya sin solistas, la Orquesta Filarmónica de Jalisco y Parisotto revelaron su afición por El sombrero de tres picos, Suite número 2 de Manuel de Falla, que interpretaron con la mezcla correcta de enjundia y precisión. Se nota, sin duda, que es una favorita de su repertorio y que están involucrados con la estupenda pieza del compositor español. Bien escogida para rematar un concierto largo y enérgico, porque fue ampliamente celebrada por el público, que llenó el Teatro Juárez de esta ciudad.
Nota publicada en el periódico POSTA, el lunes 17 de octubre de 2016
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