El flautista seducido por Guadalajara
Si hay un instrumento musical que prácticamente ha estado presente desde el inicio de la humanidad y adaptándose a todo tipo de culturas, es la flauta, explica el maestro Antonio Dubatovka, quien nacido en Minsk —capital de Bielorrusia— llegó a Jalisco en 2015 para integrarse como flautista principal de sección en la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), ensamble con el que ha vivido múltiples experiencias.
Impulsado a la música por la gran pasión sonora de su madre, Antonio Dubatovka charla con EL INFORMADOR sobre las diversas etapas que ha tenido su carrera y cómo ha transitado por diferentes partes del mundo desde Corea o Argentina, hasta llegar a México.
“Mis estudios con la música empezaron a los cuatro o cinco años, primero con clases de piano y solfeo; después ya entré a una escuela especializada y enfocada en la música, que van guiando y desarrollando tu oído y ritmo, todas esas habilidades musicales que se requieren para hacer música”, recuerda Antonio Dubatovka al referir que a los 10 años de edad fue cuando se decidió por la flauta.
“Mi hermana mayor también es flautista, en cierto modo influyó en mi decisión. A la flauta la redescubrí cuando ya empecé a tocarla, me enamoré más fuerte. Es un instrumento muy versátil, puede ser muy lírico, dramático, muy cantante, muy loco, muy veloz y virtuoso”.
Apasionado por México
Aunque el flautista ya tenía un gran interés por México y en particular por el legado prehispánico, para Antonio Dubatovka adentrarse a la identidad mexicana fue un reto cultural importante, recuerda con humor; aterrizó profesionalmente en Culiacán, donde tocó para la Orquesta Sinfónica de Sinaloa. Vivió en dicho Estado por 10 años, hasta que nuevos desafíos profesionales lo animaron a audicionar para la Orquesta Filarmónica de Jalisco y la nueva etapa que entonces iniciaba bajo la dirección del maestro canadiense Marco Parisotto.
“México siempre fue un atractivo para mí en lo cultural, también ese México prehispánico que no está en ningún otro país, es riquísimo. Uno de mis sueños cuando visité México era Guadalajara, me gustó como un lugar para vivir… del Teatro Degollado me enamoré cuando llegué por primera vez. Llegué a la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) en su época de reforma, sonaba muy bien”.
Con esa intención de marcar una nueva etapa en su vida personal y laboral, Antonio Dubatovka indica que la Orquesta Filarmónica de Jalisco era un paso arriesgado, pues renunciar a un trabajo estable en Sinaloa, abría nuevos desafíos: “Me la jugué, todo salió a mi favor gracias a Dios, la decisión fue muy fuerte. Yo quería ese cambio y movimiento en mi vida, pude no haber quedado, pero el destino lo tenía preparado, me estaba esperando”, resalta el artista, quien junto al ensamble ha formado parte de proyectos clave, como las giras internacionales y las grabaciones de discos.
También tiene un sueldo
Antonio Dubatovka señala que entre las dudas más recurrentes que el público le plantea es si realmente se puede vivir de la música clásica y de la flauta, a lo que él suele responder: “Me encanta motivar a la gente, porque el mercado es muy reducido en México, pero siento que a la región de Jalisco le falta mucha inversión, mucho desarrollo todavía, porque hay mucho talento… Muchos me sorprenden con esa pregunta, que si soy músico y de qué vivo. Soy músico profesional, también tiene un sueldo y se paga, pero me preguntan si hago algo más aparte de esto. Es un proceso evolutivo, que la gente se acerque a nosotros. Yo siempre espero que el teatro esté lleno, si veo lugares vacíos, me enojo (risas). Cuando tocas, tocas, al final no importa cuánta gente hay en el público, no influye al momento de interpretar”.
Magia y versatilidad
Previo a que Antonio Dubatovka se instalara definitivamente en América, aterrizando primero en Argentina, el flautista también residió en Corea, descubriendo nuevas dinámicas musicales que le reafirmaron su gran pasión por la flauta transversal, instrumento que lo cautivó por la versatilidad que siempre lo ha distinguido y el gran protagonismo que tiene en todo tipo de repertorios.
“La flauta ha sido una de las protagonistas en todo, cualquier agrupación que yo veía tenía a la flauta y casi siempre era la protagonista. Fue muy curioso, porque cuanto más me metí al mundo de la flauta empecé a ver más flautas, suele pasar. Vi ese protagonismo, su desempeño tan versátil”.
Para Antonio es curioso y retador cómo en un país como México los niños tienen acercamiento a la flauta y cómo se crean distintas percepciones sobre este instrumento y sus diversos formatos como la transversal, pues en las escuelas primarias o secundarias es recurrente que, como parte de las asignaturas artísticas, se tenga, por ejemplo, a la flauta dulce como ese vínculo hacia la música, y resalta que este proceso de enseñanza es clave para sembrar el interés de explorar la flauta transversal a futuro.
“Nosotros la trabajamos como un instrumento de verdad, empiezas a aprender cómo cuidar un instrumento, más cuando llegas a uno caro y profesional, pero ya tienes la noción de cómo se cuida”, apunta Dubatovka al considerar que entre los grandes desafíos para la enseñanza musical están los presupuestos otorgados a estos programas, y en especial, cuando las familias son las responsables de adquirir una flauta dulce, sin embargo, destaca que iniciativas como los núcleos ECOS, para la enseñanza infantil, son un claro ejemplo de cómo descubrir y motivar a los futuros talentos.
Antonio Dubatovka recalca que la flauta se extiende más allá de un concepto de ser una flauta transversal, como lo es en su caso, al recordar que “cada cultura a nivel historia de la humanidad, básicamente cada región del mundo tiene su propia flauta, la flauta dulce también es un flauta, no importa que cueste 50 pesos, es un principio. La flauta es un tubo con orificios que te ayudan a cambiar el tono, puedes elaborar melodías, ya estás haciendo música, partiendo de esa primicia, cada pueblito, por más pequeño que sea, culturalmente tiene su flauta; la flauta transversal es resultado de una evolución de un instrumento europeo, ahora se conoce más, se considera como la flauta clásica y académica, pero cualquier ‘tubito’ con huecos es el inicio, tendrá sus variaciones, pero siempre habrá una flauta”.