Orquesta adulta
Por Jaime García Elías
Si la intención fue demostrar que Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) ya es, tras un proceso de reestructura que lleva alrededor de dos años, una orquesta adulta, el objetivo se logró con creces…
El primer programa de la Tercera Temporada 2016 (“Maravillas del Siglo XX”), estrenado la noche del jueves en el Palacio de la Cultura y la Comunicación (PALCCO), era todo un reto. Desprovisto de ningún “gancho” para el gran público, el programa en cuestión, por demás audaz, implicaba un alto grado de dificultad para atrilistas, solista y director.
Además de las sonoridades extremas incluidas en las partituras, estaba el tema de la expresividad de pasajes musicales intensos, que tratan de proyectar sensaciones y emociones vinculadas con la naturaleza: los pianísimos de las cuerdas que enmarcan el trino de los pájaros en Los Pinos de Roma, de Respighi; la pulcra orquestación que demanda el exigente Concierto para Violoncello en Mi menor, Op. 85, de Elgar; los varios “tours de force” incluidos en La Consagración de la Primavera, de Stravinsky, que cerró la velada…
Tanto el desempeño del solista, William Molina-Cestari, principal de la sección de cellos de la OFJ, como el de Marco Parisotto en el pódium, merecieron nota sobresaliente. Molina-Cestari porque salió airoso de los retos de una partitura poco convencional, rebosante de melancolía, abundante en pasajes virtuosísticos: desde escalas vertiginosas que culminan en agudos “como de violín”, hasta los pizzicatos escalofriantes (así los calificó algún musicólogo) del segundo movimiento, pasando por la amplísima gama de alardes de dominio del instrumento; Parisotto porque ha conseguido una integración excepcional con el ensamble: algo que fue notorio en la amplia gama de colores orquestales exhibida en “Los Pinos…”, así como en la pulcra orquestación conseguida en los varios pasajes en que el solista dialoga con todas las secciones en el Concierto, lo mismo que en la capacidad para proyectar —dirigiendo sin batuta, por cierto—, a sabiendas de que más de un siglo después de su estreno sigue siendo una obra difícil de digerir —y endiabladamente difícil de ejecutar, además— la exuberante riqueza cromática de “La Primavera”.
La asistencia fue regular; indicio, quizá, de que el público tapatío sigue prefiriendo que los conciertos sean los viernes y no los jueves. El programa, íntegro, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en el Teatro Degollado.
Nota publicada en el periódico INFORMADOR, el sábado 8 de octubre de 2016 por Jaime García Elías [email protected]
http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2016/10/08/orquesta-adulta/